Los expertos advierten que, a pesar de que la red de redes lleva con nosotros bastante tiempo, todavía cometemos errores de principiante.
Si bien los datos fueron publicados desde la Oficina de Seguridad del Internauta (OSI), dependiente del gobierno de España, la “ciber-globalización” seguramente nos permite aplicarlo a nuestro uso regional y cotidiano.
Pinchar en links desconocidos
La curiosidad podemos pagarla cara. Los hackers informáticos son especialistas en enviar ofertas llamativas que ofrecen grandes descuentos y productos gratis. Generalmente estas direcciones web nos llevan a sitios con virus y donde nuestra seguridad puede verse comprometida.
Conectarse a redes Wi-Fi
No todas son de fiar y eso debemos tenerlo en cuenta antes de conectarnos a cualquier red que veamos disponible, aunque esté abierta. Atención: puede ser la puerta de entrada a hackers que se hayan infiltrado en esa red, por ejemplo, para hacer minado de criptomonedas.
Un software anticuado
Un buen escudo para ataques malignos es nuestro software. Cuando no renovamos el sistema operativo de nuestro celular o computadora nos exponemos a no estar a la última en protección y los malware de última generación o más sofisticados pueden dañar nuestros dispositivos.
Aplicaciones sospechosas
Algunas aplicaciones no pueden conseguirse a través de Apple Store o Google Play, las plataformas más habituales. Hay webs que ofrecen descargarte apps de dudosa procedencia que pueden amenazar tu seguridad.
Contraseñas predecibles
A pesar de que se ha repetido muchas veces la necesidad de crear distintas y complicadas contraseñas, la Oficina de Seguridad del Internauta advierte que este sigue siendo uno de los errores más comunes que nos hace vulnerables a ataques que revelen datos personales. Lo que recomiendan es hacerse con un gestor de contraseñas.
Falta de plan B
No estamos acostumbrados a hacer copias de seguridad de nuestros teléfonos y computadoras y eso nos deja a merced de los hackers que, habiendo accedido a nuestros archivos, pueden chantajearnos para que los recuperemos si los hemos perdido o nuestro aparato ha sufrido un infortunio.
¿Cómo evitarlo?
Las recomendaciones son sencillas. Obviamente, lo primero es evitar caer en estos errores. También es fundamental comprobar el origen de los mensajes que recibamos, el remitente, la ortografía y evitar descargar archivos adjuntos, además de no revelar nunca tu contraseña.
Ilustración Mariano Ruszaj
