La Fiesta de la Cerveza de Godoy Cruz, heredera de una tradición que nació en 1978 y resurgió con fuerza desde 2008, se consolidó como el festival más grande del oeste argentino. Historia, música y la energía de miles de visitantes en un ritual que sigue creciendo
Hay fiestas que nacen para durar y otras que se vuelven parte del ADN de un lugar. La Fiesta de la Cerveza de Godoy Cruz pertenece a esa categoría: la de los eventos que empiezan como una excusa y terminan transformándose en una tradición feroz, con historia, mitología y una identidad tan marcada que ya es imposible entender el mapa cultural del oeste argentino sin ella.
Hoy suena a obviedad: miles de personas, un escenario imponente y el patio cervecero más grande del oeste argentino explotando cada diciembre. Pero llegar ahí fue un viaje de varias épocas, cada una con su propio tono y anécdotas.
LOS ORÍGENES: CUANDO TODO EMPEZÓ EN UNA PLAZA
Antes de ser un festival multitudinario y moderno, hubo una “primera era”. En 1978, la Plaza departamental de Godoy Cruz se llenó de puestos de comidas típicas y cerveza producida por la histórica Maltería y Cervecería de Cuyo, la que hoy es la icónica Cerveza Andes.
La postal era tan setentosa como entrañable: música, familias, los primeros stands y un acto central donde se elegía a la Reina de la Cerveza. Catorce candidatas de distintos puntos de Mendoza participaron en aquella ocasión.
Para 1981 se suspendió la elección, aunque no el festival; y en 1982 llegó el final de ese primer ciclo. No quedaron registros gráficos de aquella despedida, pero la memoria colectiva de vecinos y trabajadores municipales permitió reconstruir lo que, hoy, parece el capítulo cero de una saga que renacería tres décadas después.
2008: RENACE LA FIESTA
La edición que conocemos hoy empezó a tomar forma en 2008. Desde entonces, el recorrido fue ininterrumpido: año tras año, Godoy Cruz se consolidó como el corazón cervecero del oeste argentino.
Con el nuevo siglo también llegaron nuevas voces. Y ahí es donde los nombres empiezan a repetirse como mantras dentro de la historia del festival.
LAS VOCES QUE CONSTRUYERON EL MITO
Si hay personajes que pueden decir “estuve en todas”, son Ernesto Ramos y Martín Lubowiecki. Dos que llevan desde 2012 subidos al escenario para guiar al público entre servicios, comodidades, beneficios y la eterna coreografía del festival.
Son anfitriones, cronistas y cómplices del público, una especie de brújula emocional del patio cervecero. Años después se sumaría la energía de Marianela Bomprezzi, que incluso sostuvo la presencia del evento en la edición pandémica realizada en el Cine Teatro Plaza, uno de los testimonios más extraños y entrañables de la historia del festival.
DEL ESCENARIO AL DOCUMENTAL
Con tantas anécdotas acumuladas, en 2020 era inevitable: había que documentar la travesía.
El resultado fueron dos piezas audiovisuales que cuentan, desde adentro, la evolución de la Fiesta de la Cerveza de Godoy Cruz: sus inicios, sus giros inesperados, las voces que la narraron y esa vibra única que convierte cada edición en un hit cultural.
Podés ver el documental acá:
Primera parte:
Segunda parte:

