Insert coin o вставьте монету (vstav’te monetu). Detrás del muro de Berlín también había interesantes diseñadores gamers. Ahora se puede conocer su historia a través del Museo de Diseño de Eslovaquia.
A fines del año pasado, el Museo de Diseño Eslovaco lanzó una colección traducida de aventuras de los años 80 de la región. Los juegos, a menudo programados por adolescentes, capturan un momento en la historia cuando la primera generación de desarrolladores eslovacos estaba aprendiendo su oficio para compartirlo con sus amigos.
Aunque muchos de los videojuegos más icónicos y queridos de los ’80, como Pac Man y Super Mario Bros, nacieron en Japón y en Occidente, detrás de la Cortina de Hierro había jóvenes diseñando sus propios títulos recreativos.
Clásicos de primera hora, prácticamente perdidos, que no solo han sido recuperados y remasterizados: acaban de ser traducidos al inglés para volverlos accesibles a un público más amplio que guste, por caso, lanzarse a una aventura donde un oficial soviético persigue y liquida (por ejemplo) a Rambo en Vietman. Los 10 juegos que componen esta primera tanda de traducciones y relanzamientos fueron seleccionados por su trascendencia histórica. Captan una parte de finales de los 80 en lo que entonces era Checoslovaquia, un estado satélite soviético. Se pueden conocer acá:
Tal es la propuesta de Satochin, uno de los videogames de aventura que ha puesto a disposición el Museo de Diseño Eslovaco en su web, tras un interesante trabajo mancomunado con la Asociación Eslovaca de Desarrolladores de Juegos.
La lista incluye juegos con nombres tan particulares como Perfect Murder y Pepsi Cola. “Traducir estas piezas permitirá que tanto académicos como profesionales de todo el mundo tengan contacto directo con nuestra historia de videojuegos, además de dar visibilidad universal a proyectos que habían quedado en el olvido” detalla Maros Brojo, curador multimedia de la galería. “El catálogo irá creciendo en lo sucesivo, siempre gratuito y adecuado para que la fácil descarga” agrega.
El desarrollo de juegos era principalmente un pasatiempo adolescente en ese momento. Debido a que los juegos no se vendían en las tiendas, no había posibilidad de ganar dinero con ellos. Stanislav Hrda, uno de los creadores de Satochin, explica además que a fines de los ’80, detrás de la Cortina de Hierro, solo jóvenes casi sin experiencia se dedicaban al diseño y compartían sus avances en una suerte de red clandestina. “La mera mención de Rambo era inimaginable en medios oficiales, periódicos o libros. Los videojuegos, sin embargo, estaban fuera de radar y circulaban libremente, principalmente entre amigos, sin restricciones ni censuras”, conmemora hoy día, a cuento del lanzamiento de esta entretenida iniciativa.
Toda la historia y sus detalles, rescatada a través del Museo de Diseño de Eslovaquia, disponible en este podcast.
