Durante el 2021 el Comité de Científicos Atómicos determinó que el tiempo calculado para el final de los tiempos fue de 100 segundos.
El llamado “Reloj del Juicio final” o “Reloj del Apocalisis” marcó, durante el 2021, que a la humanidad le quedarían un poco más de un minuto y medio antes de llegar a la “medianoche de los tiempos”. Esto es, simbólicamente, el
momento en que el mundo llegará a su fin.
Este reloj, cuyo nombre original es Doomsday Clock, no es, como podría suponerse, una profecía difusa más sobre el fin de los tiempos. Se trata de una herramienta creada en el año 1947 por el Boletín de Científicos Atómicos para alertar y difundir en la sociedad las amenazas que acechan al planeta y que podrían provocar el punto final para la humanidad.
En el tiempo de la creación de esta alarmante herramienta, el riesgo mayor para los seres humanos era la posibilidad de un exterminio a causa de una guerra nuclear. Había que tener en cuenta el contexto de la época, con la creciente disputa que existía entre las dos potencias de entonces, Estados Unidos y la Unión Soviética, y el empeño de ambas en desarrollar una carrera armamentística que podría terminar de la peor manera.
Más adelante, y específicamente a partir de 2007, el Reloj del Juicio Final comenzó a considerar otros factores amenazantes para el futuro humano. Así, se tomaron en cuenta los peligros del cambio climático, la aparición de
tecnologías disruptivas y también la irrupción de epidemias, como la de la Gripe A, en 2009, o la pandemia de coronavirus.
Cuando se puso en marcha este reloj, el planeta se encontraba a 7 minutos de llegar a la medianoche, el momento fijado simbólicamente como el del final. Pero las manecillas imaginarias se fueron adelantando y ahora, tanto en el 2020 como el año pasado, el tiempo calculado para el final fue de 100 segundos, es decir, apenas un poco más de un minuto y medio.
¿Qué respaldo tiene esta información?
El grupo de especialistas del Comité de Científicos Atómicos. que diseñó el reloj y que brinda sus informes anualmente, está integrado por científicos y académicos de todo el mundo, en el que se incluyen unos 13 ganadores del
Premio Nobel.
La entidad fue fundada en 1945 nada menos que por Albert Einstein y un grupo de investigadores de la Universidad de Chicago, que fueron quienes dieron, paradójicamente, los primeros pasos en el desarrollo de las armas atómicas,
con el Proyecto Manhatan.
Por Martín Lubowiecki