Pasa que cuando no se entiende del todo algún interrogante planteado, se piensa que hay que recurrir “a los libros”. Con todo esto de la nueva presentación del Indio el 11 de diciembre en el Estado Único de La Plata y el 19 de febrero de 2022 en el Hipódromo de Rosario , el resurgir de la misa ricotera, y el mensaje oculto en las canciones “misteriosas”, la interpretación de la música adquiere un valor específico. En la charla con amigos se puede argumentar cualquier barbaridad respecto del tema. Pero para darle un marco más conceptual hay que hurguetear en las enciclopedias.
No hace mucho me topé con “¡Matemática, Maestro! Un concierto para números y orquesta” de un tal Pablo Amster (licenciado y doctor en ciencias matemáticas por la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires). En algunos fragmentos, el libro señala: “La música es el placer que experimenta la mente humana al contar sin darse cuenta de que está contando. El origen de la palabra ‘música’ está ligado a las musas, que eran las divinidades que inspiraban las artes y las ciencias.
En realidad, el tema puede abordarse desde varios puntos de vista: por el lado de la danza se podría pensar en innumerables aspectos geométricos, tales como simetría, rotación, desplazamiento, estabilidad o centro de gravedad. Como ha dicho Jorge Luis Borges, el tango es un modo de caminar (lo que no explica muy bien por qué uno puede ser tan torpe en la pista de baile). Los firuletes y las improvisaciones quizá recuerden aquella cautivante frase que habla del espacio pero se aplica muy bien al andar de una pareja sobre la pista”.
De a poco uno va almacenando esos conceptos para darle un sentido al interrogante. “La interpretación es el hecho de que un contenido material, ya dado e independiente del intérprete, sea ‘comprendido’ o ‘traducido’ a una nueva forma de expresión” dice el diccionario. Con esta idea, tengo una nueva herramienta para debatir sobre eso en las distintas exposiciones informales. “Las letras de los Redondos son herméticas” afirma uno. “Hay un espíritu, como una atmósfera especial, que se forma a través de esas canciones” desparrama otro. “No sé si eso tiene que ver con una verdad oculta. Incluso me parece que ese espíritu se va formando a través de los temas que son menos enigmáticos. Siempre hay una cosa aforística en las letras de Los Redondos, o que por lo menos en el aforismo funciona muy bien, y se entiende perfectamente. Ahí no hay nada oculto” dice Ariel Magnus, autor del libro “La cuadratura de la Redondez”. Todo muy lindo, todo muy justificado científicamente. Pero las interpretaciones especiales no se agotan. “Cuando dice ‘Banderas rojas, banderas negras’ se refiere al Newells de mi vida” me remarca un amigo. Pero yo le contesto que son ‘Banderas rojas, banderas negras, de lienzo blanco’, y eso es el más grande, es River. “¿Estás loco? ¿El Indio cantándole a River? Eso jamás…” me ataca. Es la interpretación por sí misma. Una contra la otra.
“¿Qué me decís de las emociones que generan los lentos? ¿O los temas ochentosos? El ‘Lost In Your Eyes’ de Debbie Gibson habla del amor, del espíritu que se eleva, de lo que llamamos romance… Pero el ‘One’ de U2 dice que hay un amor, una sangre, una vida, y que tienes que hacer lo que debes… Pero en las dos se recibe una emoción similar. Hay un sentimiento que se interpreta” agrega otro eventual panelista de mesa amistosa. “No mezclemos peras con manzanas. De los Redondos a los temas en inglés hay una distancia enorme” le contesto y justifico. Pero después pienso que es la música. Algo que todo lo puede.
Y me quedo con los conceptos que leí al principio, con algo de ese tal Amster: “Cuando escuchamos una melodía, rara vez pensamos en números, proporciones o logaritmos. Sin embargo, hemos oído decir (alguna que otra vez) que la música es matemática, o que los músicos son como matemáticos aplicados. Esto obedece, sin duda, a que la música tiene un gran nivel de abstracción”. Es la música lo que da vida, pocas cosas llegan a tener tanta importancia. Es el vicio más fuerte, energía difícil de superar. Combinaciones mágicas, cargando al espíritu con fuerte calidad. Con nuestras letras se explica mejor.
Por Martín Lubowiecki