“No sos vos, soy yo”. Recetas simples para comunicarnos mejor, por Vane Egarrat.
Esto es sobre el mundo que hay dentro de cada uno de nosotros, cómo nos relacionamos y comunicamos con el afuera. No somos únicamente lo que mostramos, sino que nuestro cuerpo comunica mucho más de lo que pensamos. Seguro que han escuchado la frase “una imagen dice más que mil palabras”, bueno ¿cuántos de nosotros le prestamos atención a los gestos que hacemos cuando hablamos con otra persona?
Todos tenemos la capacidad inconsciente de interpretar sensaciones, emociones e intenciones de otros con solo detenernos a mirar: Un revoleo de ojos, inclinar la cabeza hacia un costado, tener una postura encorvada, mordernos el labio inferior de la boca y un sinfín de gestos y movimientos que nos pueden dar un montón de información.
Lo cierto es que la mayoría de las veces permanecemos ajenos a esto ya que, la sociedad nos ha entrenado para poner el foco en la palabra y en el “mirá lo que me dijo”; cuando en ocasiones la persona expresó algo, pero internamente quería decir otra cosa. Y la cuestión es que cuando interactuamos con los demás, estamos dando y recibiendo continuamente mensajes sin palabras.
¿Y por qué es importante estar un poco más conscientes de lo que podemos llegar a comunicar con nuestros gestos? Nada más y nada menos porque nuestros comportamientos pueden impactar en el otro de una manera tranquilizadora, generar confianza, pertenencia o también todo lo contrario, ofender, confundir y socavar lo que intentamos transmitir.
Pongamos un ejemplo para entender mejor toda esta ensalada de palabras, ¿Cuándo eras chiquito, alguna vez una sola mirada de tu mamá te llamó al silencio? Cuando de pequeños aprendimos lo que esa mirada quería decir sabíamos cuando callarnos, cuando hablar, cuando comer, sin la sola necesidad de que mamá nos dijera una sola palabra.
Por Vane Egarrat
